Confinamiento y práctica físico-deportiva
(por Krutx Larre, preparador físico en Sasoituz)

Es sabido que la práctica del ejercicio físico junto con la actividad física diaria como subir y bajar las escaleras de casa, salir a la compra y volver con las bolsas o con el carro de la compra cargadas, así como la práctica deportiva de cualquier disciplina deportiva, todas, realizadas en su justa medida nos aportan mejora del desempeño físico, mayor destreza, mejor humor y actitud, incrementa la agilidad mental y de pensamiento, mantiene o aumenta los niveles de fuerza, y sobre todo, nos hace sentirnos bien, nos hace sentirnos mejor. Y cuanto mayores nos hacemos, más notable llega a ser.

Ahora, las preguntas son, ¿qué es la justa medida?, ¿cuánto es suficiente?,
¿cómo se aplica?, ¿cuándo? y ¿es igual para unos y para otros?.

Hablan, por un lado, de los esfuerzos cotidianos realizados al cabo del día y también sobre la posibilidad y oportunidad de planificar y programar la carga que supone realizar diferentes esfuerzos para crear adaptaciones orgánicas. Queda clara la diversidad existente cuando intentamos crear el marco sobre “lo deportivo” que va desde la actividad física cotidiana hasta el entrenamiento más exigente.

Dicho esto, podemos intuir que el título del relato no se ciñe a la amplia realidad de “lo deportivo”. ¿Podríamos consensuar entonces una denominación como educación
físico-deportiva? y ¿podría ser éste el denominador común, el nexo, de lo que tratamos de enmarcar?

Si definir el ámbito de la práctica física-deportiva ya presenta alguna dificultad, hacer un perfil del “practicador fisico-deportivo” lo es aún más si tenemos en cuenta que puede ir desde un paseo hasta el alto rendimiento deportivo. Si para algunos un paseo se puede convertir en un esfuerzo moderado, para otros correr 10kms a ritmo de umbral aeróbico es un esfuerzo ligero. Es importante relativizar el esfuerzo respecto a la condición física, lo que uno percibe para un mismo esfuerzo, como un esfuerzo duro para otro puede ser un esfuerzo ligero. Intervienen más factores como son el historial, el hábito, la accesibilidad, el asesoramiento y el objeto o motivación que lleva a su práctica.

En relación a estos factores (son sólo algunos) cada uno se plantea la práctica físico-deportiva en la medida de cómo lo entiende. Para algunos, un paseo es suficiente y para otros, correr 10km es lo suficiente, para otros rodar en grupo o con el club en bicicleta 3 horas es lo suficiente, para otros nadar 40’ en el mar es lo suficiente o “coger” olas durante 90’ es suficiente o jugar a pala en el frontón del barrio con otros 3 compañeros es suficiente, y si vamos al deporte de alto rendimiento se abriría otro marco de práctica que afecta igualmente y así se puede continuar hasta tantos practicantes y perfiles haya. Y aquí está la riqueza de esta práctica, que ésta es modelable y adaptable a cada individuo y no al revés, es la práctica físico-deportiva la que nos da, en su más amplio significado, la oportunidad de uso de una herramienta de incalculable valor.

Estamos pasando por un proceso que ha ido desde el confinamiento en casa hasta lo que tenemos actualmente hasta el 21 de junio que es la fecha para dar por terminado el estado de alarma. Sobra decir que ha dado la sensación de que la práctica físico-deportiva ha sido una de las más significativas motivaciones en el comentado periodo. Lo hemos “visto” en redes sociales, “leído” en la prensa, y “sufrido” con algún video del canal www.youtube.com en internet.

Según un estudio, realizado por las investigadoras y educadoras físico-deportivas Ana Ma Magaz González (Universidad de Valladolid) y Marta García Tascón (UPO),
http://munideporte.com/imagenes/documentacion/ficheros/0389F399.pdf, junto con profesores de la universidad leonesa se ha duplicado el porcentaje de personas que no practican deporte y que han disminuido notablemente las horas de entrenamiento de aquellos que le dedican más tiempo en condiciones normales. Las actividades intensas han dado paso a las actividades suaves durante este periodo y la mayoría de ellas han sido realizadas de manera libre por los encuestados, a pesar de observarse también un importante aumento del formato de clases virtuales. El estudio se ha estructurado en cuatro apartados: sociodemográfico, práctica deportiva, uso de TIC y descanso y estado de ánimo.

El 40% de los europeos (Eurobarómetro, 2018) y el 43,8 % de los españoles según la encuesta de hábito deportivo (Subdirección General de Estadística y Estudios, 2015) aducen “falta de tiempo para no practicar AF”. Dado que la situación de ERTE/ERE se ha multiplicado por 9 durante el confinamiento, puede llevar a pensar que las personas tienen más tiempo libre y por tanto, se entendería que la práctica de AF durante el confinamiento, debería aumentar. Sin embargo, la encuesta revela otros datos como que se ha duplicado el porcentaje de personas que no practican AF. Durante el confinamiento han aumentado los que entrenan menos de 3 horas semanales. Antes del confinamiento sobresalen los que hacen entre 3-6 horas semanales de AF, y durante el mismo no ha variado mucho este porcentaje de personas. Entre los que dedican más tiempo a la AF ha disminuido notablemente las horas de entrenamiento.

En el mismo estudio se observa que la intensidad de la AF también se ha visto afectada, pasa de actividades intensas, a actividades suaves. Las actividades moderadas se mantienen. Un dato destacable es que, aunque en un porcentaje reducido, sube la utilización de los e-Sports durante el encierro, y se triplica el porcentaje de personas que señalan que lo usan mucho y bastante durante este periodo.

El estado de ánimo también se ha visto influido durante el encierro. Los participantes han pasado de sentirse bastante alegres (57,2%) y bastante tranquilos (26,2%) a bastante preocupados (33,6%), poco tranquilos (28,1%) y bastante ansiosos (20.2%). Sin duda, es una situación preocupante que debe ser analizada y estudiada por los especialistas. Por lo que, sería necesario analizar hasta qué punto la práctica de AF durante el confinamiento ha contribuido a mejorar el estado de ánimo.

Viendo este análisis sobre la causalidad de la práctica físico-deportiva en periodo de confinamiento y estado de alarma, se puede observar que ha afectado de forma general de un modo u otro a todo tipo de personas. Por ello, valorar la práctica físico-deportiva, mediante una sola variable, p.ej., la motivación, es una forma errónea de clasificar esta práctica, ya que, como se ha visto, se ve afectada por multitud de factores.

La decisión y convencimiento de continuar con la práctica físico-deportiva durante el confinamiento y estado de alarma ha sido un factor fundamental en el mantenimiento o menor pérdida posible de la propia condición física y a pesar de que en muchos casos éste ha sido inespecífico a la práctica físico-deportiva previa al confinamiento y el estado de alarma, considero que la labor del educador físico-deportivo, preparador físico o entrenador ha sido fundamental estando al lado y asesorando, en la medida de las posibilidades, al practicante físico deportivo, siendo respetuoso y muy cuidadoso a la hora de valorar su práctica o no, a pesar de saber que la decisión de no practicar va en contra del propio desempeño físico deportivo.

La reflexión bien pudiera ser que se tiende a etiquetar, en este marco, a quien practica actividad físico-deportiva y a quien no lo practica. Y a partir de este sesgo dotar de unos valores a unos, y otros distintos a otros, cuando ni es necesario para justificar que quien lo hace tiene la motivación y objetivo claros o que el que no lo hace está dominado por la apatía, desmotivación y no tiene ningún objetivo. Si en una situación “normal” y “estable”, p.ej. anterior al confinamiento y estado de alarma, es multifactorial la práctica físico-deportiva, en una situación “especial” e “inestable”, p.ej. durante el confinamiento y estado de alarma, la no práctica de actividad físico-deportiva sigue siendo multifactorial.

Nuestra labor es asesorar sobre la práctica físico-deportiva. Seamos, pues, respetuosos y serios con el practicante físico-deportivo. Seamos serios y respetuosos con nosotros mismos y con nuestra profesión.