¿MURO EN EL MARATON? (por Eduardo de Miguel)

Si existe, en mi caso está en 2h35’12”. Y lo digo sin dudar. 2h35’12”. Ni 11” ni 13”. 2h35’12”. Y, ¿por qué digo esto? Pues porque pocas veces ocurre (yo no conozco a nadie) y menos en un mismo año: 12 de mayo de 2013 y 24 de Noviembre de 2013, correr dos maratones, llevar el cuerpo al límite, y acabarlos con idéntico resultado. Exactamente idéntico.

Eso es lo que me ocurrió en el año 2013, primero en el maratón de Vitoria-Gasteiz y meses más tarde en el maratón de Donostia.

Personalmente, y tras años de trabajo con Krutx y Ainhoa, no creo en el muro del maratón. Creo en el entrenamiento bien hecho y una buena planificación y estrategia de la carrera. Decidir una estrategia concreta para afrontar los 42,195kms que te lleven a exprimirte al máximo… sin pasarte.

Si eres capaz de respetarte y cumplirla, pase lo que pase a tu alrededor, y has hecho los deberes respecto al entrenamiento y la dieta, todo puede ir mejor, es lo más probable.  Si te pasas de ritmo, te saludará “el señor del mazo”, a quien tuve el gusto de conocer en el de 2012. Es el maratón una carrera traicionera como pocas, donde “el señor del mazo” gusta de hacer el mayor número de amistades. Durante el año no se suele dejar ver, pero ay amigo, en el maratón… ahí no perdona. Se siente en su salsa y siempre encuentra gente a la que saludar. Todos lo saben. ¿me tocará a mí? Oye que a mí no, que si eso, otro día… pensamos.

Ese año del que hablo, Krutx y Ainhoa me programaron para correr a 3’40” el kilómetro. Buena prueba de ello es que en ambos casos doblé en la segunda media maratón, es decir, que prácticamente mi ritmo se mantuvo de principio a fin.

¿MURO EN EL MARATON? (por Eduardo de Miguel)

En Vitoria-Gasteiz, corriendo la primera media acompañado, pues coincidíamos en el recorrido con los de la prueba de 10kms y 21,097kms.

En Donostia, con más participación, arropado por gente durante todo el recorrido, sabiendo descolgarme del primer grupo por parecerme algo excesivo el ritmo. Si son 3’40”/km, son 3’40”/km y no 3’37”/km. Realmente no sé si lo hice por voluntad propia o por no aguantar la “reprimenda” de Krutx por pasarme de listo (qué razón tienes Krutx, da gusto verte currar).

Para qué engañarse en los primeros kilómetros. Si llevas meses entrenando para competir a un ritmo, ¡respeta el ritmo! Pero claro, nos ponemos el dorsal y parece que la cosa cambia. Es una cosa a estudiar, pero es que es justo ahí donde muchas veces construimos nuestro propio muro. Es decir, el muro no existe, lo construimos nosotros a nuestra medida y de manera voluntaria. Si queremos que esté terminado para el km 25, apretamos de inicio. Unos 5 segundos menos por kilómetro de lo previsto suelen ser suficientes. Que somos más tranquilos, apretamos desde el km 10. Para el 30 habremos terminado de construirlo. Si somos de los que nos gusta irnos los últimos de la fiesta, apretar a partir del 15 suele dar resultado. Para el 35 tendremos nuestro particular y exclusivo muro listo para ser disfrutado.

No nos engañemos, “el muro” es de cosecha propia, individual e intransferible de cada uno y una. Un autoengaño, que nos lo creemos hasta justo… “el muro”. Ni un metro más ni un metro menos. Justo ahí. Línea imaginaria que hace bajar el ritmo, destrozar nuestra confianza, y ceder. Ceder, como no lo hicimos en todo un año de entrenamientos, con lluvia, calor, cuestas, acompañado, solo,… Pudimos con todo eso y…, en competición, construimos nuestro propio muro.

Es por eso que, en el maratón, dos más dos nunca son cuatro.